Ya se sienten el nerviosismo y la ansiedad hacia la maratón de Nueva York. La victoria es inminente, como lo es el entusiasmo que lleva a nuestros corredores a presentarse en los 42 km que separan un sueño, de una realidad. Pero como todo sabemos, si queremos entender hacia donde vamos, debemos saber de donde venimos, por eso mismo analizaremos los comienzos de esta mítica carrera.
La maratón de Nueva York nace en el año 1970 organizada por el “New York Road Runners Club”. Con un circuito de múltiples vueltas dentro del Central Park y con tan solo 127 inscriptos y 55 finishers, comenzaba la historia de este popular evento deportivo. La financiación fue muy escasa, tan solo 1000 U$S era el presupuesto designado para dicha organización que fue creciendo año tras año a pasos gigantescos.
1976 fue un importante año que marco el antes y el después de este evento. Con motivos de celebración del bicentenario de los Estados Unidos y con la excusa de “mostrar” esta magnifica ciudad, los organizadores decidieron dar un salto en la organización de la maratón. El circuito saldría de los límites del Central Park hacia las calles de Nueva York, pasando por los cinco distritos: Staten Island, Brooklyn, Queens, el Bronx y Manhattan. Si bien la organización estaba “cerrada”, corredores de la talla olímpica como el norteamericano Even Frank Shorter (oro olímpico en maratón en Munich 1972 y plata en Montreal 1976) amenazaba que solamente correría cuando viera que la organización podía cerrar y vaciar las calles de la ciudad. Así se hizo y tanto Even como casi 2100 corredores más, dieron de la partida de la VI edición de la Maratón de Nueva York terminando en segunda ubicación por detrás de Bill Rodgers
Lo que en un comienzo resulto como “dudoso” y arriesgado, es lo que hoy hace que esta carrera sea tan especial. Durante los 42 km del recorrido de la maratón, respetado desde 1976, podemos ver la diversidad de culturas y costumbres reflejadas en cada un de los 5 distritos que dicho circuito recorre. Cada uno tiene su identidad propia y en cada uno de ellos, los habitantes salen a las calles para llenar de energía el ambiente de los corredores.
Si bien la gente es indispensable para acoger a nuestros corredores, no es el único indicador que nos marca el inigualable éxito de esta carrera. Los números hablan por si solos. Es necesario 12000 voluntarios, miles de empleados públicos, más de dos millones de espectadores presentes en todo el recorrido y cerca de 10 millones de seguidores frente a la TV, hacen que 35.000 corredores se sientan como en casa.